viernes, 10 de julio de 2009

The Dark Knight


Tras un estreno que podría calificarse de arrollador, llega el momento de hacer una valoración sosegada del mayor taquillazo de este verano: The Dark Knight .

The Dark Knight es la secuela de la película de 2005 Batman Begins, dirigida por Christopher Nolan, que supuso el reinicio de la franquicia de Batman por parte de la Warner. Con un equipo técnico casi clonado de la primera parte, The Dark Knight cuenta con la aparición de dos nuevos villanos: el Joker y Harvey Dent/Dos Caras.

La película, que narra la irrupción de el Joker en Gotham City, empeñado en desenmascarar a Batman y sembrando el caos a su paso, llegó a los cines acompañada de una gran campaña publicitaria. Sin embargo, aunque este tipo de campañas pueden asegurar una buena taquilla inicial, lo cierto es que el boca a boca es la mejor carta de presentación para que un film se convierta en un auténtico éxito. En el caso de The Dark Knight, los elogios de los aficionados y críticos fueron unánimes tras su estreno y es que la película resulta sobresaliente en muchos aspectos.
La interpretación de los actores principales es su gran punto fuerte, como ya lo fuera en la primera parte con un Michel Caine impagable como Alfred o un Gary Oldman perfecto en su interpretación del comisario Gordon, por no hablar de Christian Bale que consiguió dar al personaje de Bruce Wayne / Batman el realismo del que había carecido en otras interpretaciones.
Pero, más allá de estos intérpretes que repiten en The Dark Knight, los grandes protagonistas de la secuela son los villanos; tanto Heath Ledger, interpretando al Joker (no sería nada raro que le diesen el Oscar póstumo al mejor actor), como Aaron Eckhart, en su encarnación de Harvey Dent / Dos Caras, consiguen interpretaciones simplemente perfectas.
El gran acierto de esta secuela es haber abandonado por completo el tono ñoño e infantiloide de otras versiones de Batman, para regalarnos por fin una historia con la crudeza y brutalidad que el personaje pedía a gritos. El Joker, auténtico protagonista de la película, ya no es un criminal saltimabanqui y risueño, sino un auténtico sociópata de aspecto repulsivo, que comete sus crímenes por puro placer.
Los decorados y la fotografía completan un retrato de Gotham más real y oscuro que nunca. Se acabaron los decorados poblados de edificios imposibles y absurdos, para dar paso a una ciudad real muy cercana al New York actual.
Por último, destacar el perfecto guión, donde las piezas encajan a la perfección y logran despistar al espectador una y otra vez metiéndole en un juego de engaños e ingenio entre los personajes principales.

La única queja que puede ponérsele a la producción, puede ser la excesiva duración, que puede llegar a cansar al espectador, dado que la película está repleta de escenas de acción que se suceden sin dar un respiro.
En definitiva, una producción redonda que pone el listón, como mejor película de superhéroes de la historia, muy alto y que marca, probablemente, un giro en este tipo de producciones a entornos más duros y realistas (Atentos a Supermán que puede ser la primera víctima de la nueva tendencia).